domingo, 9 de enero de 2011

Honor a quien lo merece


Las festividades decembrinas han terminado. Hemos engordado y prometido desengordar, fumado y prometido dejar de fumar, bebido y prometido dejar de beber. L@s más afortunad@s hemos vacacionado, descansado, subido, bajado. El año arranca sin tregua, viernes 31 no deja mucho sitio para puentes largos. Quiero hacer mención de las grandes heroínas de las vacaciones navideñas: Las mujeres.
  • ·         Las que pusieron el arbolito, el nacimiento, las luces y demás decoración de temporada. (Mención especial a aquellas que además hicieron su propia decoración, que las hay y muchas).
  • ·         Las que han disfrutado/padecido que toda la familia esté de vacaciones en casa.
  • ·         Las que han invertido su aguinaldo en cualquier otra cosa que no son ellas mismas (deudas, tarjetas de crédito, regalos, ropa para los niños, etc.)
  • ·         Las que han preparado la cena de navidad y año nuevo, la sirvieron, decoraron y pusieron la mesa, recogieron, lavaron trastes y limpiaron desastres.
  • ·         Las que cocinaron y limpiaron para otros.
  • ·         Las que cuidaron a l@s niñ@s propi@s y ajen@s.
  • ·         Las que toleraron y cuidaron a parientes, conocidos o desconocidos pasaditos de copas.
  • ·         Las que de regalo de navidad recibieron electrodomésticos.
  • ·         Las que han recibido groserías, golpes o abusos por parte de sus amig@s o familiares, particularmente de sus propios esposos.

Propongo un ejercicio de imaginación por inicio de año, pensemos en qué sucedería si los hombres de familia, los hijos e hijas invirtieran la misma cantidad de esfuerzo y energía en las navidades como lo hacen las mujeres. ¿Cómo sería? ¿hombres cocinando? ¿Hombres limpiando? ¿Participando en la cena haciendo otra cosa que no sea comer? ¿Y si este año el propósito de año nuevo fuera participar más en los quehaceres de la casa? Vamos, ¡hombres del mundo! Los invito a formar parte de un gran regalo que dura todo el año: la co-responsabilidad.
Saludos y mis mejores deseos este 2011.

Texto publicado en la revista CAVEA del mes de enero.