viernes, 30 de abril de 2010

Oficialente un crimen no tener papeles.

Querida Diaria:



¡Que alguien me explique cómo es posible el estado actual de nuestra relación con Estados Unidos! (pregunta retórica)
Tan sólo en esta semana he leído más de tres titulares en la prensa sobre temas que tienen que ver con la demostración patriarcal y facha en que las relaciones exteriores de nuestro país  son manejadas siempre, siempre en perjuicio del pueblo mexicano, y siempre, siempre a favor de la hegemonía gringa.
¿De verdad es lo mismo ahora un inmigrante que un criminal? Las imágenes son terroríficas. En la edición del día de hoy de La Jornada, la cabecera es: "Redadas contra migrantes en arizona", le sigue una foto de tres militares, dos güeros y uno de apariencia más paisana, de pie, custodiando a una hilera de personas atadas de manos, mirándose con una mezcla de profundo desconcierto, profundo miedo y profundo agotamiento. Detrás de todos un camión grande, verde, lleno de gente, que recuerda un poco ciertas maneras ya tradicionales de deshacerse de la gente no deseada.
¿Cómo es posible que en el imaginario colectivo coexistan en las antípodas de la lógica? no quiero pecar de ingenuidad, pero confieso que todavía me sorprendo. Me refiero, por un lado al racismo implícito y evidente de las nuevas leyes gringas (terrorismo discursivo añadido, pero a este punto regresaré) y por otro lado a la absoluta necesidad de inmigración para el sistema de ese país ¡gobernado por un afroamericano!, un país que debe todo lo que tiene a los que siguen llegando a pesar de la advertencia de que serán tratados como sub humanos.
Pero volvamos al terrorismo discursivo. Queda en evidencia el poder simbólico de estos actos como arma para la dominación. La propaganda reza: Ésto es lo que sucede si te atreves a cruzar. El mensaje no puede ser más claro.No es extraño que el patriarcado y el neoliberalismo se hayan acostado, de nuevo, para engendrar más violencia. Juárez, El Paso, Nuevo Laredo, Tucson, Tijuana, ciudades hermanas del mismo dolor.
Ni hablar de nuestra muy olvidada frontera sur, la pariente incómoda, de la que mejor no se habla mucho, por no caer en incoherencias a la hora de ver el trato que se le da en suelo mexicano a las personas de américa central y américa del sur, condenadas a pasar no por una, sino por dos puertas con el letrero "prohibidos los pobres".
Me gustaría dar una repasada por la carnicería diaria en el interior del país, pero eso es harina, si no de otro costal, de algún otro momento. Mientras tanto me pregunto: Querida Diaria, ¿a dónde vamos a parar?.

Fotografía tomada del sitio web del periódico La Jornada. Viernes 30 de abril de 2010.

No hay comentarios: