viernes, 18 de junio de 2010

Victoria Futbolera y del Ánimo

San Cuau y San Chicharito
En estos días de mundial las emociones están muy revueltas, las atenciones, las importancias, las prioridades. Noto en el ánimo general dos posturas bastante opuestas en relación con los eventos actuales: Ceguera mundialista ante la realidad o azote antifutbolero. Lo que algunos llaman "survivors guilt".
El mundial, y toda la maquinaria económica y mediática, orquestación magistral de la oligarquía, Javier Aguirre embarrado en la demagogia, discursos repetidos y repetitivos. Lo que mi abuela llamaba "la danza de los millones", montones y montones de dinero que va y que viene y las mexicanas y mexicanos no podemos más que verlo pasar en medio de balaceras, de muertas y muertos "colaterales", golpeteos políticos e instancias del Estado Mexicano que no hacen más que inclinar la ya desequilibrada balanza de la justicia a favor de los de siempre, forjando nuevos y renovados eslabones de impunidad crónica y hereditaria.

Saturada la población de noticias malas y peores, comenzamos a acostumbrarnos a la violencia de todos los días a cifras funestas, siempre y cuando no nos toque a nosotros. He escuchado a conocidos y conocidas repetir el "en algo estaría metido", el "se están matando entre ellos" del discurso hegemónico. Quizás necesitamos un poco de negación ante tan terrible realidad.

Y ayer ganó México a Francia. Y nos hinchamos de fervor patriótico y felicidad. Querida Diaria, aquí en las tierras españolas la gente se sorprende de nuestro festejo, del volúmen de los gritos, del tamaño de los penachos. Es difícil explicar cómo ese pintoresco nacionalismo es el último reducto de nuestra lastimada dignidad, cómo tenemos una histórica necesidad de razones para festejar, sentirnos contentos para variar. Un día entre miles en que los titulares de todo el mundo ubican a México en el mismo campo semántico de la victoria.

Este es el ánimo maniqueo que deambula entre el triunfalismo mundialista y la indignación patriotiquera. "no todo es Sudáfrica" dicen algunos. Totalmente de acuerdo. Pero si en algún momento decíamos que el nuestro era un país de contrastes, lo de ayer fue una pincelada de color ante una realidad que se ve negra negra desde hace tiempo. Y al día siguiente, sin duda, seguirá todo negro, pero hoy reivindicamos nuestro característico espíritu fiestero, catarsis en las calles, lágrimas visibles e invisibles, decibeles en la boca. =)

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